Una historia de amor y viajes

Published on Jan 7, 2023

Viajar puede ser una experiencia maravillosa, llena de emoción y aventura. También puede ser un momento para el autodescubrimiento y la reflexión. Pero a veces, no importa cuán lejos lleguemos o cuánto intentemos distraernos, no podemos escapar de los recuerdos y las emociones que persisten de una relación pasada.

Hace mucho tiempo me fui de viaje a Ámsterdam con la esperanza de despejarme y dejar atrás un amor que había terminado. Pero mientras caminaba por las sinuosas calles y canales, todo en lo que podía pensar era en la persona que dejé atrás. Traté de llenar mis días con nuevas experiencias y distracciones, pero los sentimientos de añoranza y tristeza persistieron.

Seguí rumbo a Barcelona, pensando que un cambio de aires y la emoción de una nueva ciudad me ayudarían a seguir adelante. Salí a beber con amigos, tratando de pasar un buen rato y olvidarme del pasado. Pero incluso mientras exploraba las luces brillantes y las bulliciosas calles de Barcelona, no podía ignorar el vacío que sentía por dentro.

Me di cuenta de que sin importar cuántos kilómetros pusiera entre mí y la persona que amaba, ella seguia en mis pensamientos y en mi corazón. Estaba perdiendo el tiempo y persiguiendo experiencias fugaces, cuando lo que realmente necesitaba era aceptar el final de nuestra relación y dejarlo ir.

Así que regresé a casa, a la comodidad familiar de mi propia cama y a la ciudad que guardaba tantos recuerdos de nosotros. Y mientras me sentaba en mi apartamento y reflexionaba sobre mis viajes, estaba agradecido por las lecciones que había aprendido y el crecimiento que había experimentado. Puede que haya ido a muchos lugares y haya tratado de encontrarme en los rostros de otros, pero lo que descubrí fue que las respuestas que buscaba estaban dentro de mí desde el principio. Y aunque fue difícil, era hora de dejar ir el pasado y seguir adelante.